La tecnología, clave para promover la autonomía en la tercera edad

Los adultos mayores son el colectivo con el riesgo más alto de sufrir soledad y aislamiento social, considerados como un «problema de salud pública» por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para promover la independencia del usuario mayor de sesenta y cinco años y combatir estas amenazas, las nuevas tecnologías se han revelado como un aliado. Los relojes durcal de teleasistencia, por ejemplo, pueden detectar caídas y alertar a los servicios de emergencia en cuestión de minutos.

Este plus de seguridad y de vigilancia constante permite al usuario realizar recados, pasear fuera del domicilio o residencia y disfrutar, en suma, de una mayor autonomía sin la supervisión de cuidadores y familiares. Esta libertad de movimientos repercute positivamente en la salud tanto mental como física, ayudando a mantener el tono muscular, el control motriz o la coordinación en general.

Además de smartphones, el mercado de la teleasistencia cuenta hoy con asistentes de voz y altavoces inteligentes, que asisten al anciano/a en muchas de sus tareas y quehaceres domésticos. De igual forma, permiten realizar llamadas de manos libres o recordar citas y medicamentos.

Las tablets y móviles de teleasistencia, por su parte, disponen de interfaces adaptadas y botones grandes que facilitan la navegación, lectura e interacciones a los adultos mayores. Son compatibles con apps y programas de videollamadas, por lo que pueden mantener el contacto con sus seres queridos en todo momento y abandonar su vivienda con mayor seguridad.

Al aumentar su independencia gracias a la teleasistencia, el público anciano obtiene una mejora de la autoestima y adquiere un mayor sentimiento de utilidad. Otros beneficios emocionales se derivan del contacto social que conlleva esta autonomía. Con las precauciones adecuadas, no hay razón por la que los miembros de la tercera edad no puedan citarse con amigos, practicar deportes y actividades físicas moderadas o disfrutar del ocio y la cultura.