El médico veterinario requiere, para el desempeño de su profesión, una serie de muebles especializados (camillas, mesas de examen, etcétera) que optimicen su actividad y le proporcionen un entorno seguro y limpio. La importancia de estas superficies es comparable a la del instrumental y el equipamiento médico para veterinarios, sin el cual serían inviables ciertos diagnósticos.
En primer lugar, las camillas son indispensables en el quirófano, las salas de examen y otras zonas de la clínica veterinaria. Generalmente, se fabrican en acero inoxidable, a excepción de las unidades más ligeras de lona, pensadas para el traslado de pacientes. Aspectos como el tamaño, el peso máximo o la resistencia pueden elegirse en función de las propias necesidades; por ejemplo, las clínicas exclusivas para felinos precisan camillas acordes a estos animales.
Por su parte, las mesas de examen ofrecen una superficie segura, higiénica y cómoda para realizar exámenes y practicar operaciones. Se diseñan también en acero inoxidable, con altura ajustable, rejillas de drenaje y accesorios para fijar portasueros y coordinarse con otros equipos.
Para la contención y bienestar de la mascota antes de su atención, las jaulas para hospitalización son grandes aliados del médico veterinario. Estas estructuras incorporan ruedas que facilitan su transporte y cuentan con todo lo necesario para brindar un refugio higiénico y confortable a perros, gatos y otras especies.
Pese a su importancia menor, los carritos multipropósitos brindan una superficie auxiliar con múltiples estantes y compartimentos. Los veterinarios las utilizan para situar el instrumental de apoyo o el transporte puntual de material fungible. Son fáciles de higienizar y de desinfectar al término de la jornada.
Juntamente con el mobiliario, las clínicas veterinarias no podrían desempeñar eficazmente su actividad profesional sin ciertos accesorios y equipos. Por un lado, las lámparas médicas y de quirófano disponen de LEDs con suficientes lúmenes.