El arte de congelar nécoras gallegas en Sanxenxo para disfrutar todo el año

Para los amantes del marisco, la posibilidad de disfrutar y comprar nécoras gallegas en Sanxenxo más allá de la temporada alta es un auténtico placer. Y si la oportunidad de adquirirlas frescas se presenta en un lugar como Sanxenxo, uno de los epicentros marisqueros de las Rías Baixas, la tentación de comprarlas para congelar en casa y saborearlas en el futuro es irresistible. Este proceso, si se realiza correctamente, permite conservar intactas gran parte de sus cualidades organolépticas.

La clave para una buena congelación comienza en la calidad de la nécora. En Sanxenxo, se pueden encontrar nécoras frescas directamente de la lonja o en las múltiples pescaderías locales que garantizan un producto del día. Es fundamental que estén vivas al momento de la compra, ya que esto asegura su frescura y, por ende, una mejor conservación tras la congelación. Un truco popular entre los lugareños es cocerlas justo antes de congelarlas. La cocción debe ser breve, sumergiéndolas en agua hirviendo con sal (aproximadamente 60 gramos de sal por litro de agua) durante unos minutos, dependiendo de su tamaño, hasta que cambien de color.

Una vez cocidas, las nécoras deben enfriarse rápidamente para detener la cocción y preservar la textura de su carne. Esto se logra sumergiéndolas en agua con hielo. Es crucial que estén completamente frías antes de pasar al siguiente paso para evitar la formación de cristales de hielo que puedan dañar la carne.

El proceso de envasado es vital para una congelación exitosa. Se recomienda envolver cada nécora individualmente en film transparente o papel de aluminio para evitar la deshidratación y quemaduras por congelación. Posteriormente, se pueden colocar en bolsas de congelación herméticas o en recipientes aptos para congelador, eliminando la mayor cantidad de aire posible antes de sellarlos. Etiquetar cada paquete con la fecha de congelación ayudará a controlar su tiempo de almacenamiento.

Las nécoras congeladas de esta manera pueden conservarse en perfecto estado durante varios meses, generalmente entre 6 y 8. Cuando se desee consumirlas, lo ideal es descongelarlas lentamente en el frigorífico durante unas horas, o incluso durante toda la noche, para que la carne recupere su textura sin perder jugosidad. Una vez descongeladas, no se deben volver a congelar. Así, comprar nécoras gallegas en Sanxenxo y congelarlas en casa se convierte en una práctica habitual para quienes desean disfrutar de este manjar atlántico en cualquier momento del año.